viernes, 7 de junio de 2013

El Arte Como Salida

Ante todo este panorama, el arte es nuestra salida, es nuestro soporte de existencia para una cotidianidad deforme. El hip hop, el cine, el deporte, la ciencia, la creencia en un mejor día constituido por la cultura es nuestro sentir.

La realidad, lo directo, lo grotesco y la mentira porno miseria de las rutinas de los trabajadores de la imagen, a esos no los queremos. Queremos la mentita del arte, la seducción de la palabra y de la música, el color de la pintura y la luz de la fotografía, y el movimiento del cine. Queremos la literatura, el teatro y la danza.




Pero entonces siempre llegamos al hastió, del que nos hablaba Baudelaire, ese estado que no escapa a ningún juliano, ese estado de cansancio que nos sucede con el mejor libro. Para después  volver a la realidad, pero eso no importa, porque el arte y la fantasía siempre van a estar ahí para evadir y vivir otras vidas  no tan ordinarias como las de la realidad.





El arte es también nuestra salida para hacer la catarsis colectiva de nuestros tormentos, ese ritual, esa cultura que se mantiene desde tiempos inmemoriales, y que nos permiten exorcizar nuestros demonios más traumáticos como sociedad.

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