Esta es una historia en la que nadie es malo, pero todos viven pensando en su único beneficio. Es una película dirigida por Felipe Aljure, en el 93. Aquí, el ex sargento Diógenes Hernández trabaja con su esposa en una casa de detectives, y con su sobrino clemente, quien mantiene una relación sutil con la esposa de su tío. La historia cambia, cuando un mafioso que está preso, contrata a Diógenes para que investigue a su esposa, mientras Diógenes investiga, se da cuenta de que clemente su sobrino, lo está engañando, Diógenes aprovecha y le dice al mafioso que clemente se acuesta con su esposa, mientras el traiciona a su vez al mafioso.
Esta es
una comedia negra, una historia punzante que retrata muy bien la idea de
corrupción, de la salida fácil, de un
país que se engaña en un hilo infinito que teje y teje estructuras imposibles
de dilucidar. Aquí nadie sabe cuál es la cabeza del mal, tras lo superficial y
la problemáticas comunes, el velo nos plantea una cortina de humo que se apoltrona en nuestras retinas. Las
historias de esta historia son todas acabadas por la mentira, atrapadas en su misma comedia. En una
telaraña que se construye de relaciones construidas a base d mentiras.
La única
salida para Diógenes, es traicionar a su cliente, de la manera más heroica,
pensando por supuesto en la muerte del héroe de todas las literaturas. Murió,
diría yo, en la explicita frase de “para olvidar un amor platónico, una follada
homérica”. Porque Diógenes muere follando, con la flaquita española, la novia
del mafioso, por encargo de este. Cinco tiros en la espalda y ahí quedo, en un
orgasmo ruidoso para morir en su ley.
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