viernes, 31 de mayo de 2013

Sin Tetas No Hay Paraíso.



He aquí otra historia de mafia, de narcotráfico, de prepagos y mansiones en piscinas tropicales. Tenemos que partir de esto para consolidarnos, que sería de nosotros si un par de tetas que tambaleen en nuestros cachetes. Así sean de caucho. Aun recuerdo esta trama, la leí hace mucho, en Pereira, en donde sucede la historia. Acaso este en mi inconsciente, pues extrañamente, puedo sentir  que este cuento lo he visto, lo he visto con mis propios ojos.



Afiche de la Película
Esta novela es escrita por Gustavo bolívar moreno en el año 2006,  y sucede en Pereira y Bogotá, y muchas fincas de mafiosos. La historia se centra en catalina, quien empieza con sus amigas una  persecución de mafiosos a cambio de ropa, y fiestas.  Aquellas chicas quieren lucir cuerpos  exuberantes para complacer el deseo que se paga con jugoso dinero, y por supuesto, ponerse las téticas, unas tetas bien grandes que sirvan como carnada de cuan mafioso aparezca.

Esta novela sirve como reflejo de ese culto al cuerpo que hemos ido formando en nuestras regiones.  Utilizando lo mediático validamos el culto a lo superficial de las apariencias, asociándolo a las ideas de riqueza y progreso. Nuestra idea fundamental de valor está basada en esto, en quien tenga las tetas más grandes o el mejor carro, es quien es más. 


Nos hemos convertido en una sociedad de mutantes, queremos transformar nuestros cuerpos tal como los elogia la contemporaneidad. Tal como los critica orlan, en su crítica al cuerpo postmoderno. Esta artista conceptual francesa plantea muy bien lo que es meterse una silicona en el cuerpo, así como lo evidencia cata, quien estuvo a punto de perder sus téticas.

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